7 de marzo de 2011

Día Internacional de la Mujer 2011

¡La recuperación de la crisis también ha de beneficiar a la mujer ! 
Día Internacional de la Mujer 2011 
La crisis: Grandes diferencies regionales. 
El impacto de la última crisis económica en el empleo sigue afectando a todos los trabajadores, hombres y mujeres, en muchos países. Las medidas de recuperación futuras deberían seguir explorando vías innovadoras para crear empleo decente con el fin de garantizar que las mujeres –junto con los hombres – tengan igual acceso a una educación y formación mejores que les permitan obtener un empleo. Tal como afirma la Comisión de la Condición Jurídica y  Social de la Mujer de las Naciones Unidas, las mujeres deberían tener las mismas oportunidades que los hombres en las profesiones científicas y tecnológicas, a medida que surgen nuevos empleos y se recuperan los que ya existían. En los países desarrollados y de ingresos medios la tasa de desempleo de las mujeres era, en promedio, superior a la de los hombres antes de la crisis, pero la pérdida de empleos en sectores como las manufacturas y la construcción, en los que se emplea tradicionalmente a los hombres, ha tenido una mayor incidencia en la tasa de desempleo de estos últimos. Según los datos de la OIT recogidos en las “Tendencias mundiales del empleo de 2011”, la tasa de desempleo de los hombres en 2010 se mantuvo al 6 por ciento, mientras que la de las mujeres fue del 6,5 por ciento.  
En las economías desarrolladas y la UE, las tendencias en relación con la tasa de actividad ponen de relieve efectos diferenciados en función del sexo, pues la tasa de actividad de los hombres desciende del 69 por ciento en 2007 al 68,4 por ciento en 2009, frente a un aumento del 52,7 por ciento al 53,1 por ciento en el caso de las mujeres durante el mismo período. Los efectos relativamente más pronunciados en los hombres se deben, principalmente, a que las industrias más afectadas por la crisis, incluidos el sector de la construcción y los servicios financieros, se caracterizan por emplear porcentajes elevados de hombres. No obstante, la tasa total de empleo de los hombres superó a la de las mujeres. 
A nivel mundial, el número de trabajadores pobres aumentó en 40 millones más de lo que se habría esperado según las tendencias previas a la crisis y el desglose por sexo para el “desempleo vulnerable” muestra que, en 2009, el 48,9 por ciento de los hombres y el 51,8 por ciento de las mujeres se enfrentaron al gran desafío que representa encontrarse en circunstancias precarias siendo uno de los miembros de la familia que aportan ingresos o un trabajador por cuenta propia. Existe una clara segregación de las mujeres, a quienes se confina en sectores que se caracterizan generalmente por salarios bajos, largas horas de trabajo y, a menudo, acuerdos de trabajo informales, como pone de manifiesto la situación en el África Subsahariana. 
Con más del 75 por ciento de los trabajadores del   África Subsahariana en condiciones de empleo vulnerable, y con alrededor de cuatro de cada cinco trabajadores subsistiendo con sus familias con menos de 2 dólares de los Estados Unidos al día, las economías de esta región se enfrentaban ya a enormes problemas en materia de trabajo decente antes del comienzo de la crisis. 
Las desigualdades de género se hacen patentes en la tasa superior de mujeres que trabajan en condiciones de empleo vulnerable, en comparación con la de los hombres, así como en las tasas de pobreza de mujeres trabajadoras y que superan a las de los hombres en 22 de los 27 países de los que se dispone de datos. 

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