24 de mayo de 2012



TENDENCIAS MUNDIALES DEL EMPLEO JUVENIL 2012

La crisis del empleo juvenil continúa 
La crisis económica puso fin abruptamente a la disminución gradual de la tasa mundial de desempleo juvenil durante el periodo 2002-07. Desde 2007, la tasa mundial de desempleo juvenil ha comenzado a subir una vez más. El aumento ocurrido entre 2008 y el periodo más alto de la crisis económica de 2009 borró gran parte de los logros alcanzados en los años anteriores. 
Globalmente, la tasa de desempleo juvenil se ha mantenido cerca de su punto máximo alcanzado durante la crisis de 2009. Con un 12.6 por ciento en 2011 y una proyección de 12.7 por ciento en 2012, la tasa mundial de desempleo juvenil sigue estando por lo menos un punto por encima de su nivel en 2007. Cerca de 75 millones de jóvenes están desempleados en el mundo, lo que equivale a un incremento de más de 4 millones desde 2007. Las proyecciones a mediano plazo (2012-16) sugieren una leve mejora en el mercado laboral de los jóvenes. Se prevé que en 2016, la tasa de desempleo juvenil se mantendrá al mismo alto nivel. 
Grandes aumentos fueron registrados, particularmente, en las economías desarrolladas y la Unión europea, Europa central y Sudoriental (no UE) y CEI, américa latina y el caribe y el sur de Asia. En las economías desarrolladas y la Unión europea, así como en el sur de Asia, el progreso no ha sido lo suficientemente importante para retroceder el impacto de la crisis económica mundial. En África del norte, la tasa de desempleo juvenil ha aumentado considerablemente tras la Primavera Árabe, incrementándose de 5 puntos entre 2010 y 2011 y agregándose a un nivel, de por sí ya alto, de desempleo juvenil en la región, así como en el Medio Oriente.
A pesar que persisten (grandes) diferencias en las tasas de desempleo juvenil regionales, todas las regiones enfrentan grandes desafíos en el área del empleo juvenil. Incluso en Asia del este, la tasa de desempleo juvenil en 2011 fue 2.8 veces más alta que la tasa de adultos. A parte de los efectos negativos inmediatos, económicos y sociales, del alto desempleo juvenil, es importante considerar sus efectos perjudiciales sobre una futura inserción laboral y los salarios.

Crisis económica y participación de la fuerza laboral juvenil
Desalentados por las tasas de desempleo juvenil, muchos jóvenes han abandonado completamente la búsqueda de trabajo, o han decidido posponerla y permanecer dentro del sistema educativo. Si la tasa de desempleo es ajustada a partir de la deserción provocada por la crisis económica, la tasa mundial de desempleo juvenil aumentaría de 12.6 a 13.6 por ciento.
El retiro de la fuerza laboral debido a la crisis consta de un total de 6.4 millones de jóvenes en todo el mundo y es especialmente importante en las economías desarrolladas y la Unión europea. La presión que recae sobre los jóvenes en busca de empleo se incrementará aún más cuando aquellos que han retrasado su entrada al mercado laboral regresen al mundo activo y empiecen a buscar trabajo. En contraste, la tasa de participación juvenil en Europa central y Sudoriental (no UE) y CEI es mayor de lo esperado, en relación a las tendencias anteriores a la crisis, lo cual es probablemente impulsado en parte por la pobreza.
las tasas de participación de los jóvenes, hombres y mujeres, no solo están condicionadas por las aspectos económicos sino también por factores institucionales, tales como valores sociales más amplios, la cultura y las normas, los cuales son particularmente importantes en las regiones con grandes brechas de género, como el sur de Asia, el Medio Oriente y África del norte. Por lo general, las tasas de participación femeninas muestran un patrón en forma de U, con altas tasas de participación en los niveles de bajo ingreso per cápita, las cuales disminuyen a medida que los países se desarrollan, antes de volver a más altos niveles de ingreso. Esto hace difícil separar el efecto de la crisis económica sobre las tasas de participación femenina, de los factores institucionales y culturales. 

¿Empleo temporal y trabajo a tiempo parcial: transición o trampa?
En el mundo, muchos jóvenes están atrapados en trabajos de baja productividad, temporales o de otro tipo que no están a la altura de sus aspiraciones y que a menudo no dejan abierta la posibilidad de pasar a puestos permanentes, de mayor productividad y mejor remunerados.
En las economías desarrolladas, los jóvenes son contratados, cada vez más, en empleos atípicos y la transición al trabajo decente sigue siendo postergada. El crecimiento del empleo temporal y del trabajo a tiempo parcial en la última década, principalmente desde la crisis económica mundial, sugiere que este trabajo es cada vez más utilizado, ya que es la única opción disponible. Por ejemplo, en la Unión europea, el número de jóvenes con un empleo a tiempo parcial así como el número de jóvenes con un empleo temporal ha crecido más rápido que el de los adultos en ambos casos, antes y durante la crisis económica. 
La tendencia hacia un mayor índice de contratos temporales ha alimentado el debate acerca de la flexibilidad del mercado laboral en general, y de la dualidad del mercado laboral en particular. A pesar que no hay muestras concluyentes del impacto de la legislación de protección del empleo (LPE), en los niveles agregados de empleo/desempleo, la lPe podría afectar la posición de grupos particularmente vulnerables dentro del mercado laboral, tales como los jóvenes. Una estrategia de reforma parcial (de doble vía) de la lPe, que involucra solamente las reformas del mercado laboral para nuevos contratos, mientras que deja los derechos en materia de seguridad de los trabajadores involucrados iguales, podría haberse sentido desproporcionadamente por los jóvenes. Además, la tendencia hacia una menor permanencia de los jóvenes trabajadores en muchos países europeos podría deberse a la combinación de legislaciones menos estrictas hacia la regulación de los costos de despido y de los trámites para los contratos regulares (no contratos temporales), junto con el escaso poder de negociación individual de los jóvenes. 
En las economías en desarrollo, los jóvenes enfrentan fuertes barreras estructurales en su búsqueda de trabajo decente. La proporción de empleo remunerado en relación al porcentaje del empleo total es baja, en gran parte del mundo en desarrollo; una alta proporción de los jóvenes tienden a trabajar sin remuneración en el hogar (informal) o apoyar en los negocios familiares o granjas. La transición de la escuela al trabajo también puede incluir fases de desempleo o periodos de empleo temporal u ocasional, si tales oportunidades surgen, mientras que al final lo más probable es que los jóvenes terminen trabajando por cuenta propia. Las tendencias demográficas son tales que la fuerza laboral de los jóvenes sigue creciendo precisamente en aquellas regiones donde existen pocas oportunidades de trabajo remunerado y donde la escasez de trabajo está muy extendida, en particular en África Subsahariana y Asia meridional.

La educación y el mercado laboral
La educación y la capacitación son esenciales para que los jóvenes puedan incorporarse al mercado laboral con éxito ya que incrementan su productividad y empleabilidad potencial. En las economías desarrolladas, la educación también sirve como un escudo contra el desempleo para muchos jóvenes y hay un fuerte vínculo entre el nivel educativo y los resultados laborales. 
En particular, los individuos con educación primaria o inferior, a menudo tienen las tasas de desempleo más altas y mucho peores que aquellos con más altos niveles de educación en los tiempos de crisis. 
Sin embargo, un mayor desarrollo de capital humano y mayores niveles de educación no se traducen automáticamente ni en una mejora de los resultados en el mercado laboral ni en más puestos de trabajo. En las economías en desarrollo los puestos de trabajo disponibles están limitados a sectores formales pequeños y la juventud no posee necesariamente las habilidades adecuadas para calificar a aquellos trabajos. Los rápidos cambios estructurales en estas economías crean desajustes geográficos y de habilidades, los cuales plantean desafíos particulares a los sistemas de educación y de formación y a la capacidad de respuesta de éstos a las necesidades del mercado laboral. En este sentido, se necesita información adecuada sobre el mundo laboral a fin de poder facilitar el rol de la educación, el cual es cumplir con la demanda de trabajo actual y facilitar un cambio.
Los jóvenes que no trabajan ni estudian se han convertido en un gran motivo de preocupación para los responsables políticos, en particular, en las economías desarrolladas. este grupo, llamado «neet» (de sus siglas en inglés, ni en educación, empleo o formación), a menudo constituye al menos 10 por ciento de la población joven, e incluye, de forma desproporcionada, jóvenes con un nivel bajo de educación en los países desarrollados. Muchos países han introducidos políticas para hacer frente a este fenómeno apuntando a subgrupos especí-ficos de la neet, tales como los desertores de la escuela o jóvenes desempleados.

Políticas de empleo juvenil
Se proyecta que para el 2012 las tasas de desempleo juvenil no variarán. Muchas de las regiones del mundo hacen frente a grandes desafíos en materia de empleo juvenil. Dentro de este contexto, las políticas de empleo juvenil toman gran prioridad. Algunas de las áreas de intervención más importantes son: 
*    Políticas macroeconómicas y de crecimiento: donde sea fiscalmente posible; esto es crucial para mantener o mejorar las medidas que pueden ayudar a impulsar la creación de empleo y poner en marcha la recuperación de empleos sostenibles. el empleo juvenil es una prioridad creciente en las agendas políticas nacionales, pero a menudo no se traduce lo suficiente en los programas a mayor escala, el financiamiento es a menudo limitado y los recursos subestimados. 
*   Políticas y programas activos del mercado laboral: las medidas activas del mercado laboral, tales como el desarrollo de servicios públicos de empleo, los subsidios salariales y de capacitación o las reducciones de impuestos pueden motivar a los empleadores a contratar jóvenes, así como a contrarrestar el exceso de oferta de jóvenes trabajadores en tiempos de crisis. igual de importantes son los programas que tienen por objeto el contrarrestar el desajuste de habilidades técnicas entre los jóvenes, tales como los programas de formación vocacionales, las re-capacitaciones de jóvenes desempleados y desanimados, planes de formación en el lugar de trabajo, la creación o la mejora de los sistemas de aprendizaje, programas de capacitación sobre conocimientos prácticos y habilidades para la vida diaria para jóvenes desfavorecidos.
*    Mejores estrategias para mejorar la protección social para los jóvenes y adaptar las reformas del mercado laboral a necesidades específicas. el empleo decente no trata sólo de generar cualquier tipo de trabajo, sino también de mejorar la calidad de éstos. 
*     Diálogo social y alianzas para el empleo juvenil: establecer alianzas de base amplia, a fin de hacer realidad el compromiso hacia el empleo juvenil. las alianzas entre gobiernos, organizaciones de empleadores, sindicatos y otras organizaciones pueden ser decisivos para determinar las acciones más apropiadas a nivel nacional y local para la promoción del trabajo decente para los jóvenes.
*       Apoyar una mayor información sobre el mercado laboral y los sistemas de análisis, los cuales sirven de base para supervisar los mercados laborales y diseñar e implementar políticas efectivas.


TOMADO DEL SITIO: http://www.ilo.org/global/publications/books/global-employment-trends/youth/2012/WCMS_181091/lang--es/index.htm


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